Acabo de llegar de Marruecos. Desde 2003 viajo con cierta frecuencia a este País o tal vez a este conjunto de pueblos que es Marruecos, un pueblo tan cercano y unido a nosotros por la historia, las costumbres y la genética, pero a la vez tan desconocido y lejano para la inmensa mayoría de los españoles.
Hace ahora seis años, un cordobés para el que la maldad resultó que tenía un precio, me enseñó Tetuán. El resto ya me lo contó de niño mi Abuela, que me hablaba de su hermano Pepe, el que hizo la mili en Larache durante 3 años… Pues sí, mi tioabuelo Pepe fue uno de esos españoles del Protectorado y seguramente conviviría con el tioabuelo de Mohamed, nuestro guía en estos días por Chefchaouen, y a lo mejor hasta fueron grandes amigos. Y que curioso, en ese País, que abandonamos a su suerte en 1959, nadie habla de crisis, ni de desempleo, ni de hipotecas y menos del euribor.
Será que le pasa lo mismo que a mi amigo Antonio que siempre dice: “Crisis, llevo toda mi vida en crisis, ¿Qué crisis?”. La verdad que no lo había pensado bien hasta que vi a un niño al doblar una curva, saliendo del mercadillo de un pueblo del Rif, quién me hizo una seña con la mano derecha. El mismo gesto que hago cuando quiero pagar en un restaurante me dije. No dudé un instante, frené en seco el todoterreno y pregunté a los ocupantes del país en crisis, ¿Quién tiene un boli?. Tendremos crisis, pero que yo no vea niños que pidan para poder escribir por favor…
Dicen que corren oportunidades para
Y ¿eso que es?, pues es atraer a 200.000 estudiantes, los que probablemente se nos han escapado al año atraídos por el sueldo fácil de la construcción o los negocietes inmobiliarios en vez de formarse, ¡pero claro! Y ¿el audi con 19 años, ahora quién lo paga? Pues también han pensado en eso y se han puesto en marcha ayudas compatibilizar estudios y trabajo, se creará una red de centros para cada una de las 26 familias profesionales, se podrá completar en el resto de Europa la formación y aquí viene lo mejor: una plataforma a digital para cursar módulos de FP a distancia.
Después hablaré de eso, pero mientras tenemos a
Y todo esto en medio de lo mejor de todo: “
No me alegra que los estudios publiquen que los ciclos formativos de formación profesional son los mejor valorados, desde el punto de vista del empleo, porque demuestran que
Y termino haciendo una reflexión: “¿Cuánto dinero podríamos ahorrar si promovieran la creación de universidades virtuales allí donde no existen las universidades a distancia tradicionales o donde éstas no han conseguido sacar partido con éxito de las nuevas tecnologías?.
En este caso, la fórmula más extendida consiste en crear consorcios en los que participan todas las universidades públicas del país, de la comunidad autónoma o de la región. ¿Qué hacemos? ¿seguimos respetando la autonomía universitaria pero que a la vez tanto depende de la financiación pública?
Y porque no mientras tanto crear sistemas de incentivos que favorezcan la adopción del e-learning por parte de las universidades tradicionales. Miremos a
Si queremos empezar a mirar la salida de este túnel, aprovechemos para afrontar medidas de carácter estructural y una de ellas tiene que poner todo el enfoque en