No perder el Conocimiento

Una importante clave de superación de la Crisis: gestionar el conocimiento.

Si en la última reflexión publicada en este Blog hacía referencia a algunas interesantes opiniones y datos que potenciaban los argumentos de que la actual situación económica y por ende social, hacía indispensable volver a portenciar las políticas de formación y de reciclaje profesional, ahora escribo estas líneas para hacer un ejercicio de pedagogía en torno a que es eso de la Sociedad del Conocimiento y como éste está llamado a ser una de las respuestas que no podemos olvidar, ni siquiera ahora, para afrontar soluciones.

Dobat es uno de esos autores que más luz ha arrojado sobre la materia y en su libro “Managing in the knowledge era”, explica de forma muy clara los paralelismos entre las diferentes etapas históricas y la relación entre Trabajo, Tierra, Capital y Conocimiento. Si las cuatro variables siempre han tenido que ver en el desarrollo económico, la Tierra más que nadie en la Era Agrícola o el Capital en la Era Industrial, hoy en la Era del Conocimiento lo es éste.

Y todo esto se justifica en gran parte en cuatro razones. Tal vez la más importante, y empiezo por ella es porque los activos materiales o de capital han dejado de ser el eje sobre el que se conseguía la supremacía en el mercado, a favor de los activos intangibles. Pero hay otras como la convergencia de distintas tecnologías que permiten capturar, gestionar y difundir grandes cantidades de información. Una Información “democratizada” ya que pueden acceder las organizaciones pequeñas y medianas porque sus costes son más asequibles, porque no hay que ser “primo” de nadie, porque la información es un derecho real. Pero el movimiento hacia la organización virtual, donde las fronteras se difuminan gracias al uso de alianzas, asociaciones estratégicas y acuerdos de externalización o la constatación de que el conocimiento puede transformar a una organización, orientándola hacia otras nuevas áreas de actividad o nuevas formas de hacer las cosas son otras importantes justificaciones que hoy no podemos dejar de tener en cuenta.

Pero no debemos equivocarnos, porque en la Era del Conocimiento, donde la dimisión del Presidente del Real Madrid o la última novia de “Kiko” es una información importante que llega de forma inmediata, estas noticias no dejan de ser eso: datos e informaciones, probablemente poco relevantes. ¿Para eso hemos investigado e invertido grandes recursos en democratizar el conocimiento? El Conocimiento no es la cotización en Bolsa de las Clínicas Dermestética, ni tan siquiera su evolución en facturación, empleados, expectativas o movimientos futuros. Eso es Información… El Conocimiento es saber interpretar ambas cosas. Como dice Alfons Cornella, es “Cuando una información (datos con sentido) es 'metabolizada' por alguien, la 'entiende' y la 'incorpora' a lo que ya sabe o conoce, se convierte en conocimiento.”

Ahora ya no es una recomendación. Ahora es el momento de la auténtica creatividad colectiva: aunque para algunos sea la base de una innovación austera. Ahora ha llegado el momento de que se pongan en marcha todos los procesos que hagan que en nuestras organizaciones no se escape ni un miligramo de creatividad, imaginación y ese saber hacer que convierte lo imposible en posible.
No es momento de personalismos en las organizaciones, es momento de que el conocimiento verdadero que es conocimiento tácito y por tanto no puede gestionarse, se transforme. Porque lo que sí puede ser gestionado es el ambiente en que se crea, se transforma (en explícito), se difunde y comparte el conocimiento. (Escuela Japonesa del Conocimiento. Autores: Nonaka y Takeuchi )

En un momento como el actual cada ERE, cada reducción de personal significa recortes en costes laborales, pero también una importante sangría no sólo social, sino para el conocimiento corporativo. Y eso también es una importante pérdida de activos: uno más.

Si las Organizaciones invierten, cuando llega la incorporación de nuevos recursos humanos, cantidades importantes en formación, capacitación y procedimientos de acogida, ahora perderán todo eso y además no podrán volver a aprovecharlo porque su grado de obsolescencia y su pérdida con el tiempo acentuarán la idea de haber perdido el tiempo y la inversión.

Por tanto, ¿Qué hacemos con todo ese capital intangible llamado conocimiento? ¿Para que hemos formado y adaptado a nuestras organizaciones a todo ese verdadero Capital Humano? ¿Qué papel tiene ahora ese conocimiento que se va a perder? Posiblemente algunos modelos de capital intelectual tengan que aplicarse de forma escrupulosa en estos momentos, como es el caso del El cuadro de mando integral o Balanced Business Scoreboard de Kaplan y Norton, que con el fin de elaborar una herramienta que facilitase la toma de decisiones de los directivos, atendiendo a indicadores que reflejasen de forma más fiable la situación real de la empresa, Robert Kaplan, de la Harvard Business School, y David Norton, del Renaissance Strategy Group, crearon la utilización de los cuadros de mando integral y fueron sus pioneros.



Sugirieron la creación de un cuadro de mando teniendo en cuenta las mediciones financieras, internas, de clientes y de crecimiento (balanced scorecard frente a financial scorecard), para mantener un equilibrio adecuado entre lo que ya ha ocurrido y las previsiones de futuro, integrando las perspectivas interna y externa.



Parece claro, con todo lo que hemos dicho, que en el actual entorno de negocios los cuadros de mando integral con múltiples medidas (balanced scorecard), en lugar de los financieros, representan mejor la realidad empresarial.

Y con todo esta reflexión quiero decir que no se pueden tomar decisiones en base a números, o en base a sacrificar departamentos de delanteros porque el partido se ha puesto difícil. Mucho cuidado con olvidar determinar responsabilidades para el uso efectivo, eficiente y económico de la información o asegurar un suministro continuo de la información, porque se ha prescindido del departamento de marketing.

Es la oportunidad de crear una knowledge vision (visión del conocimiento). Porque las organizaciones han mermado su actividad debido al ciclo económico y puede reorganizarse mejor. Pueden designar un equipo de gestión del conocimiento para construir canales de interacción continua con las líneas de negocio.



No es la mejor oportunidad para tomar la iniciativa en el proceso de creación de nuevos productos, pero si para integrarla en ese nuevo equipo.



Es necesario adoptar una política de transmisión de la visión a todo el personal para convertir a la organización al modelo de "hiperenlaces" y conectada con el mundo exterior, especialmente con clientes y proveedores.

Un programa de gestión del conocimiento trata sobre todo de personas, después de procesos y finalmente de tecnología. Es imprescindible que el programa integre los elementos clave siguientes: estrategia, factor humano y procesos de negocio.

La tarea de implantarlo no es fácil y la dirección debe “bendecirlo e institucionarlo”, no olvidando que algunas cosas no van a cambiar con la crisis económica. Los Recursos Humanos pueden temer recortes o despidos, pero por ello no van a dejar de respetar más al colega profesional que al jefe o van a dejar de ser más leales al equipo en el que están integrados que a la propia empresa.

Su implantación nos podrá ayudar a seguir cambiando esquemas en la gestión de recursos humanos y en los procesos deliderazgo, pero además nos aportarán valores como el reconocimiento o la autoestima hacia los que se sumen al proceso. No olvidemos que cada vez es más difícil llevar acabo estilos de dirección basados en el control, es preferible dirigir por “retos” y organizar el trabajo en formas basadas en la estructura de la información como base de generación de conocimiento.Estas son algunas bases sobre las que levantar situaciones como la actual.

Me despido con Sun Tzu, aquel General y filósofo chino (500 a.C.) en su libro El arte de la guerra:
"Lo mejor es vencer sin luchar:
Si conoces a tu enemigo y te conoces a ti mismo, no necesitas temer el resultado de cien batallas.
Si te conoces a ti mismo pero no al enemigo, por cada batalla ganada también sufrirás una derrota.
Si no conoces ni al enemigo ni a ti mismo, sucumbirás en todas las batallas."

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Pablo Guerrero, mi cantautor favorito, en el teatro Alcala de Madrid, diciembre de 1977.