Combatir la crisis con optimismo e innovación

La salida de la crisis todavía no se vislumbra, queda aún camino que recorrer, pero es seguro que más pronto que tarde llegará a su final. Es fundamental en esta coyuntura aplicar grandes dosis de optimismo e innovación.
Esta crisis o recesión, como algunos analistas apuntan, va a traer consigo hambre de emprendimiento, de cambio y de innovación. Tres ingredientes que en la gastronomía española empezaban a escasear en todas las recetas.
Pero todo esto, junto con una moderación del coste de la vida, se deben tener en cuanta como factores positivos y ante todo no podemos dejar de afrontar la situación sin una actitud positiva, que es algo parecido al tratamiento que un médico experimentado y con inteligencia emocional aplica a su paciente con una grave enfermedad: hay que luchar por sanar lo antes posible, el abatimiento y la queja no ayudan a la recuperación; todo lo contrario, la emperoran.
Está demostrado científicamente que las personas enfermas con una actitud mental positiva se curan mucho antes que aquéllas que caen en la angustia y la desesperación. Con las crisis económicas ocurre lo mismo: remontan primero los países más dinámicos, luchadores  y emprendedores, frente a los que sucumben a la inacción y el pesimismo.
Considero que no se puede estar instalado en la inercia de la queja cuando lo que se impone es la dinámica de la lucha. Por ejemplo, que es necesario transmitir entusiasmo y alegría en las relaciones comerciales con los clientes. En definitiva, tener una actitud positiva que permita conectar emocionalmente con los clientes.
Son tiempos difíciles para los empresarios y los trabajadores, no cabe duda. Pero la manera de afrontar el día a día es indispensable para lograr eficiencia y seguridad. La dificultad es siempre una oportunidad para el cambio.
Una crisis, de cualquier tipo, supone un cambio y una transformación. De ahí, la importancia de afrontar los cambios con una actitud positiva y entender que somos capaces de salir de la crisis.
En el ámbito empresarial este cambio de actitud se concreta en orientar, tanto a los directivos como a los empleados, hacia la innovación y especialización constantes. Innovar supone cambio y transformación. La especialización es también una adaptación a los requerimientos y necesidades del mercado y la economía.
La innovación y especialización están inexorablemente unidas a la formación, que se convierte en otro elemento clave para superar crisis. La importancia de la formación tiene su reflejo claro en las empresas que se mueven en mercados altamente competitivos y requieren una inversión permanente en formación de los trabajadores. Por tanto, una formación adecuada y adaptada a las necesidades reales del mercado, de las empresas y sus trabajadores tiene unos efectos muy positivos.
Como conclusión, estimo que la vida es una aventura y no un valle de lágrimas. Vivir es un reto diario y hay que crear las respuestas adecuadas o el camino hacia ellas. Con la crisis ocurre lo mismo, hay que darle respuestas inteligentes y optimistas para que el camino hasta la salida sea lo más llevadero posible. 

Pedro Ramiro Palos Sánchez

1 comentario:

Unknown dijo...

Estoy muy de acuerdo.

El de la foto, ¿eres tú?

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Pablo Guerrero, mi cantautor favorito, en el teatro Alcala de Madrid, diciembre de 1977.